Lic. María Antonieta Ciancia Angerami
Nutricionista Clínico Adulto e Infantil
El Alzheimer es una enfermedad degenerativa que pasa por varias etapas, pero independientemente en cuál se encuentre el paciente, es importante observar qué problemas presenta al momento de comer, para dar con la solución adecuada.
El deterioro cognitivo que produce el Alzheimer hace que las personas que lo padecen tengan más dificultades para comer y lograr seguir una dieta saludable.
La pérdida de peso es característica de esta enfermedad, aunque hay algunas pautas que se puede seguir para ayudar a las personas con Alzheimer a alimentarse mejor.
La demencia también afecta a la salud dental, por lo que una consulta al odontólogo y una correcta higiene bucal son esenciales para seguir una buena alimentación. La boca seca, las llagas, los dientes sensibles o unas encías inflamadas, pueden ser la causa de que la persona con Alzheimer no quiera comer, aunque quizá no encuentre la forma de expresarlo.
La confusión dificulta la hora de las comidas, y para evitarla también es necesario revisar la vista del paciente, para asegurarnos que ve la comida correctamente. Observar qué comidas le gustan más, si hay algún ruido que le moleste o si se distrae demasiado con algún estímulo que se encuentre en el lugar, contribuye a facilitar el momento de la comida.
La persona con Alzheimer requiere su tiempo para poder comer de forma adecuada, por lo que debemos evitar las prisas para poder ayudarle en cada comida. Si hacemos varias pequeñas comidas al día (unas cinco), podremos garantizar de forma más fácil que ingiera todos los nutrientes necesarios.
Siempre que sea posible es bueno que el paciente coma sentado en la mesa, y en familia. Si inclina la cabeza hacia atrás, debemos moverla hacia adelante suavemente, para que se siente lo más derecho posible y en una postura adecuada. También podemos guiar su mano para que utilice el cubierto (mejor una cuchara), con paciencia y mucho cariño, para que no se agobie.
Posibles problemas
Aunque el problema más frecuente es el de tener dificultades para comer, también es posible que el enfermo no recuerde que ha comido y quiera seguir comiendo, por lo que debemos controlar las cantidades para que sean las adecuadas, evitando los excesos.
Si lo que ocurre es que no quiere abrir la boca, podemos tocar su barbilla suavemente para estimularla, o bien mostrarle con paciencia cómo comemos nosotros, porque en ocasiones se animan a hacerlo por imitación.
De igual manera, las personas con enfermedad de Alzheimer pueden tener diversos problemas para conseguir alimentarse correctamente. Existen múltiples causas que además suelen coexistir, como son: alteraciones en la salivación o masticación, dificultad para comer, atragantamiento, falta de apetito, alteración de los olores, del gusto o el estreñimiento.
Todos ellos dificultan las ingestas y fomentan el deterioro funcional. Además, con frecuencia, si la persona está agitada y deambula continuamente es posible que requiera un incremento de nutrientes.
Es por ello que una alimentación variada rica en frutas, vegetales, carne, pollo, pescado, queso o huevos, granos, cereales es fundamental, respetando las cantidades según la condición clínica. Se debe moderar el consumo de aceites, azúcares refinados y dulces y evitar el alcohol.
Recomendaciones
A continuación encontrarán recomendaciones para mantener un correcto estado nutricional, entre las que destacan las siguientes:
– Mantener la costumbre de socializar las comidas, sin aislar al paciente de Alzheimer, preservando el placer del comer acompañados.
– Es importante mantener los horarios y procurar repartir todos los requerimientos en 5 ingestas al día: desayuno, merienda, almuerzo, merienda y cena.
– Siempre que sea posible, respetar los gustos culinarios anteriores a la enfermedad de Alzheimer.
– Para promover el apetito, las preparaciones y presentaciones han de ser variadas.
– Si el riesgo de atragantamiento es importante, se debe cortar la comida en trozos muy pequeños o emplear texturas suaves como puré, usando si es preciso espesantes y gelatinas. También se recomienda no mezclar diferentes texturas en un mismo plato.
– Se debe evitar alimentos con espinas, huesos pequeños, filamentos, semillas o frutos secos.
– En etapas más avanzadas los triturados y purés facilitarán que la persona con Alzheimer pueda comer sin tener que masticar.
– Es posible que la persona no note si la comida está demasiado fría o caliente, por lo que es importante controlar la temperatura de los alimentos ofrecidos, así como optar por sabores suaves y no muy condimentados.
Importante
-El agua es un elemento esencial; se recomienda beber al menos 1,5 litros al día. Si hay riesgo de ahogarse administrarla con espesantes o gelatinas y cuando la persona esté despierta y alerta.
– Controlar el peso de la persona. Una pérdida no deseada del peso indica un desajuste nutricional y cuando aparece es el momento de analizar y buscar dónde está el desajuste, buscando diferentes soluciones.
– Los manteles o platos con dibujos o diseños muy coloridos pueden confundir a la persona con Alzheimer, es mejor optar por colores neutros.
– Es esencial controlar y evitar el estreñimiento. El estreñimiento es una causa importante de disconfort, anorexia y confusión. A veces, manteniendo la movilidad junto con una ingesta adecuada de agua y de fibra puede ser suficiente. En algunas ocasiones se requiere el uso de laxantes y enemas.
Por último, aunque seguir estas recomendaciones ayudará a que la persona con Alzheimer pueda comer mejor, es imprescindible contar con la ayuda de un Nutricionista que controle su peso y su alimentación, y en caso de carencias nutricionales, pueda indicar los suplementos alimenticios adecuados que deberá tomar.