Es comprensible que estés preocupado por el coronavirus. Sin embargo, el miedo y el estigma empeoran una situación que ya de por sí es difícil. No estigmatices.
Por ejemplo, en todo el mundo se están presentando denuncias de personas, sobre todo de ascendencia asiática, que están siendo víctimas de maltrato verbal e incluso físico.
Las emergencias de salud pública generan mucha tensión a todos aquellos a quienes afectan.
Es importante mantenerse informado y ser generoso y solidario con los demás.
Lo que decimos es importante, y utilizar un lenguaje que perpetúe estereotipos que ya existen puede disuadir a la gente de hacerse las pruebas y tomar las medidas necesarias para protegerse a sí mismos y a sus comunidades.
Estas son algunas cosas que se deben y no se deben hacer a la hora de hablar del coronavirus con tus hijos, tu familia y tus amigos:
SÍ: habla de la nueva enfermedad por coronavirus (COVID-19).
NO: no asocies lugares o etnias a la enfermedad. Recuerda, los virus no atacan a las personas según su procedencia o su origen étnico o racial.
SÍ: habla de “personas que tienen el COVID-19”, “personas que están recibiendo tratamiento para el COVID-19”, “personas que se están recuperando del COVID-19” o “personas que han muerto a causa del COVID-19”.
NO: evita referirte a las personas que padecen la enfermedad como “casos de COVID-19” o “víctimas”.
SÍ: puedes decir que la gente “se contagia” o “contrae” el COVID-19.
NO: evita decir que la gente está “transmitiendo el COVID-19”, “infectando a los demás” o “propagando el virus”, ya que implica una transmisión intencionada y una culpa.
SÍ: habla con rigor del peligro del COVID-19 basándote en datos científicos y en las últimas recomendaciones oficiales en materia de salud.
NO: procura no repetir ni compartir rumores que no estén confirmados y evita usar un lenguaje hiperbólico pensado para generar miedo, como “plaga”, “apocalipsis”, etc.
SÍ: habla en positivo y haz hincapié en la importancia de tomar medidas efectivas de prevención, como nuestros consejos sobre lavarse las manos. Para la mayoría de las personas, esta es una enfermedad que se cura.
Hay una serie de pasos sencillos que todos podemos seguir para protegernos a nosotros, a nuestros seres queridos y a los más vulnerables.