A partir de los 40 años no hay excusa válida para no hacerse una mamografía anual: tomar conciencia de la importancia que tiene este control para detectar lesiones en forma precoz puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte.
El motivo esencial para realizarse la mamografía es que permite detectar lesiones en la mama hasta dos años antes de que se hagan palpables, lo que significa que al realizarse la prueba, en caso de dar positivo, sería posible aplicar tratamientos menos agresivos, como es el caso de la cirugía conservadora, que dejan menos secuelas físicas y psicológicas en la mujer.
Además, este examen no produce dolor y se trata de un procedimiento muy sencillo y totalmente inofensivo, pues la dosis de radiación empleada en la mamografía es mínima.
Por lo tanto, aunque la autoexploración no tiene ninguna contraindicación, es más, se recomienda tener un control sobre el propio cuerpo, lógicamente no es tan fiable como la opinión de un médico.
Es aconsejable acudir a la cita la semana posterior de la menstruación, ya que es cuando las glándulas mamarias se desinflaman, quedando menos densos.
Asimismo, se debe evitar el uso de todo tipo de desodorantes, perfumes y colonias tanto en las axilas como en el pecho, ya que podría provocar un falso positivo al crear una mancha sobre la imagen de la mamografía.
En el Centro Clínico La Urbina poseemos una sede 2 dedicada exclusivamente a Imagenología para la Mujer, donde nos especializamos en:
-Mamografía Digital 3D
-Ecografía Mamaria
-Densitometría Ósea
¿Cuándo acudir de forma urgente?
Si hay:
- Cambios en la apariencia del pezón o la mama más allá de las típicas transformaciones que suelen experimentar a lo largo del mes.
- Presencia de nódulos mamarios (que al palparse sienta algo).
- Salida espontánea de líquido (claro o sanguinolento) del pezón en períodos que no corresponda a lactancia.
- Hinchazón de todo o parte del pecho.
- Irritación de la piel del pecho o el pezón.
- Enrojecimiento o rugosidad de la piel del pecho o el pezón.
- Retracción de la piel o del pezón.
- Cambios en la coloración de la piel.
- Asimetrías.
- Dolor mamario persistente.
Recuerda: esta radiografía a las glándulas mamarias no es una “vacuna” contra el cáncer, pero sí es la manera más efectiva de prevenir la muerte a raíz de él.