¿Cuáles son los principales problemas sexuales que sufren tanto hombres como mujeres?
1. Trastorno del deseo
La falta de interés en el sexo, o la falta deseo sexual, es un problema frecuente en ambos sexos; sin embargo, es más frecuente entre las mujeres. De hecho, es considerada la disfunción sexual más común en el sexo femenino, llegando a una incidencia del 33% entre los 18 y 59 años y hasta el 45% en la menopausia. Esta apatía no solo incluye desinterés por el sexo, sino también por toda conducta sexual, como por ejemplo la masturbación.
Las causas pueden ser tanto físicas como psicológicas. Respecto a estas últimas, destacan las siguientes: los problemas de pareja, otras disfunciones sexuales (vaginismo, disfunción eréctil, etc.), trastornos del estado de ánimo, ansiedad y estrés, cansancio o la monotonía.
2. Disfunción eréctil
La disfunción eréctil es la incapacidad que tiene el hombre para lograr y/o mantener la erección del pene y, por tanto, para tener un coito satisfactorio. Es uno de los problemas sexuales más temidos entre los varones, y puede tener un impacto severo en la vida del afectado, especialmente en su autoestima y en sus relaciones interpersonales.
Ocurre por distintas causas, aunque la ansiedad de ejecución es uno de los orígenes psicológicos que pueden provocar esta limitación sexual y que convierte este problema en un círculo vicioso del que cuesta salir
3. Imposibilidad de excitación en la mujer
El trastorno de excitación en la mujer hace referencia a la imposibilidad de experimentar cambios fisiológicos durante la excitación sexual, como por ejemplo la lubricación vaginal, aceleración de los latidos del corazón y tensión muscular; una situación que dura durante toda la actividad sexual. Igual que ocurre con la disfunción eréctil, el trastorno de excitación en la mujer tiene una incidencia elevada.
Los factores psicológicos que mayor importancia tienen en la aparición de este problema sexual son el miedo anticipado a tener un nuevo fracaso sexual y la ansiedad que este miedo provoca.
4. Vaginismo
El vaginismo es una disfunción sexual femenina que se caracteriza por la imposibilidad para conseguir la penetración vaginal debido a la contracción de los músculos que rodean la entrada de la vagina. Ocurre por un espasmo reflejo que hace que se contraigan los músculos de esta zona provocando así el cierre de la abertura vaginal.
La causa suele encontrarse en el hecho de que algunas mujeres relacionan la penetración con la sensación de peligro. La ansiedad que deriva de esta situación causa una respuesta de tensión que imposibilita la relajación de la musculatura vaginal.
5. Eyaculación precoz
La eyaculación precoz es un trastorno del orgasmo masculino en el que el varón expulsa el semen prematuramente, sin que éste lo desee, de forma recurrente en respuesta a la estimulación sexual ya sea antes, durante o después de la penetración. Puede originarse por distintas causas, siendo los factores psicológicos los predominantes.
Entre las causas psicológicas se incluyen: baja autoestima, ansiedad de ejecución, depresión, angustia y nerviosismo.
6. Anorgasmia
La anorgasmia es otro tipo de trastorno del orgasmo que afecta tanto a hombres como a mujeres; no obstante, es más frecuente en el caso de estas últimas (anargosmia femenina). Se define como una ausencia o retraso del orgasmo durante una actividad sexual normal, y como en el caso anterior, suelen predominar los factores psicológicos frente a los orgánicos.
7. Dolor
La dispareunia es el dolor persistente y recurrente en el área pélvica durante o poco después de la penetración, la erección o la eyaculación, y pueden sufrirlo tanto hombres como mujeres, aunque es más frecuente en mujeres (dispareunia femenina). Los estudios científicos concluyen que aproximadamente un 12% de las mujeres lo padecen. La dispareunia femenina suele aparecer asociado a problemas de vaginismo.
8. Aversión al sexo
Las personas que sufren este trastorno, también llamado rechazo sexual, evitan por activa y por pasiva todo contacto genital. La causa suele estar en la ansiedad extrema y pánico ante el acto sexual. Suele darse con más frecuencia en mujeres.
¿Qué hacer?
Hablar de los problemas sexuales puede ser difícil, en gran parte porque las personas en esta situación pueden sentirse avergonzadas, culpables, fracasadas y derrotadas tanto en la vida como frente a sus parejas.
Esta circunstancia no hace otra cosa que alimentar el trastorno, pues el individuo entra en un círculo vicioso del que cuesta salir.
Por eso, la mejor opción es buscar ayuda profesional.